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Group W
Date c. 1900
Origin San Sebastián
Brand -
Source (DFG) Diputación Foral de Gipuzkoa
License Copyleft

WC

La historia de los baños para mujeres en fábricas se remonta a finales del siglo XIX, cuando la Revolución Industrial llevó a un aumento significativo de la participación femenina en la fuerza laboral. En este contexto, surgió la necesidad de proporcionar instalaciones sanitarias adecuadas para las trabajadoras, quienes enfrentaban condiciones precarias en sus lugares de trabajo.

Las primeras instalaciones sanitarias se instalaron seguramente en Estados Unidos. La primera ley que exigía baños separados para hombres y mujeres fue introducida en Massachusetts en 1887. Esta regulación fue una respuesta a la creciente demanda de condiciones sanitarias adecuadas para las mujeres que trabajaban en fábricas y oficinas. Aunque no se puede identificar un “primer baño” específico, las fábricas comenzaron a implementar baños separados para mujeres durante este período. Las instalaciones eran generalmente rudimentarias y muchas veces se ubicaban al aire libre o en áreas adyacentes a los edificios.

El establecimiento de estos baños reflejaba un cambio cultural importante porque se reconocía la necesidad de proteger la privacidad y seguridad de las trabajadoras. Sin embargo, muchas fábricas aún carecían de instalaciones adecuadas, lo que limitaba la contratación de mujeres. Con el tiempo, la demanda por mejores condiciones llevó a una mayor estandarización y mejora de las instalaciones sanitarias para mujeres en el ámbito laboral. Durante las guerras mundiales, cuando las mujeres ingresaron masivamente al trabajo industrial, la necesidad de baños adecuados se hizo aún más evidente, aunque muchos empleadores seguían considerando estas inversiones como innecesarias. A finales del siglo XIX y principios del XX, la Revolución Industrial llevó a un aumento en la participación de mujeres en el trabajo industrial. Esto generó una creciente demanda por instalaciones sanitarias adecuadas, ya que las mujeres enfrentaban condiciones de higiene y seguridad deficientes en los espacios laborales. En 1997, el Real Decreto 486/1997 estableció que en los lugares de trabajo los aseos debían estar separados para hombres y mujeres, lo que formalizó la necesidad de instalaciones diferenciadas en todas las fábricas y lugares laborales. Esta normativa se implementó para garantizar condiciones mínimas de privacidad y seguridad para las trabajadoras.