Vidriera

Donostia se convirtió en un centro importante para la producción de vidrieras artísticas. Talleres como el de Maumejean, establecido en 1898, ganaron renombre por sus trabajos en edificios emblemáticos. Aunque tradicionalmente dominado por hombres, las mujeres comenzaron a participar más activamente en la fabricación de vidrieras a principios del siglo XX. Solían trabajar en tareas como el diseño y dibujo de patrones, el corte y ensamblaje de piezas de vidrio más pequeñas y la pintura y decoración de detalles en las vidrieras. La formación en este oficio a menudo se realizaba a través de aprendizajes en talleres familiares. Las escuelas de artes y oficios comenzaron a ofrecer formación en técnicas de vidrieras, permitiendo a más mujeres acceder a esta profesión. A pesar de su habilidad, las mujeres a menudo enfrentaban dificultades para obtener reconocimiento en un campo dominado por hombres. Algunas mujeres lograron establecer sus propios talleres o ganar reputación como artistas del vidrio. Y con el tiempo, la participación de las mujeres en la fabricación de vidrieras aumentó, especialmente en aspectos artísticos y de diseño mientras la industria evolucionaba para incluir no solo vidrieras religiosas, sino también diseños para edificios públicos y residencias privadas. Hoy en día, la fabricación de vidrieras en Gipuzkoa sigue siendo una tradición viva, con una participación más equitativa de hombres y mujeres.