
Textil
El papel de estas mujeres fue esencial en la creación de la moda de Balenciaga, aunque durante mucho tiempo su labor permaneció en un segundo plano, detrás del glamour de las pasarelas y el nombre del diseñador. Pero su trabajo era crucial para lograr la perfección en el corte y la apreciación de las cualidades de los tejidos que caracterizaban las creaciones del diseñador. El taller era el centro neurálgico de la firma, donde las mujeres trabajaban en un ambiente de laboriosidad y oficio.
La industria textil fue muy importante en Gipuzkoa. Por ejemplo, La Algodonera de Andoain, también conocida como La Algodonera Guipuzcoana, desempeñó un papel manifiesto en la industrialización de Gipuzkoa y en la incorporación de las mujeres al trabajo industrial. Fundada en 1858, fue una de las cuatro grandes empresas textiles de Gipuzkoa. Comenzó su andadura en 1857, después de la Primera Guerra Mundial y formó parte del impulso proteccionista que fomentó la modernización industrial en la región. Cerró sus puertas en 1913, pero reabrió 4 años después como Compañía Fabril Subijana y pasó por diferentes propietarios antes de su cierre definitivo en 1965.
En sus inicios, contaba con 500 trabajadores, de los cuales más de 300 eran mujeres, y fue un lugar pionero en la incorporación de las mujeres al trabajo industrial. Representó un cambio significativo en el trabajo femenino, permitiendo a las mujeres obtener un salario sin abandonar completamente las tareas domésticas (por ejemplo, los turnos de noche correspondían a los hombres). La fábrica contaba con una guardería, un aspecto recordado con cariño por muchas trabajadoras. Sin embargo, las mujeres ganaban sistemáticamente menos que los hombres; entre 1903 y 1965, las mujeres ganaron salarios entre 14% y 33% menos que sus compañeros.