
Conservas
En los primeros años de la industria, mientras los hombres se dedicaban a la pesca en el mar, las mujeres se quedaban en tierra y complementaban las labores familiares con el trabajo en las conserveras. Esta división del trabajo llevó a que, en muchas fábricas, el 100% de las trabajadoras fueran mujeres. A partir de la década de 1950, las mujeres comenzaron a tener un papel más activo en la producción de conservas, especialmente en la elaboración de la masa de salazón y en la manipulación de los filetes de anchoa. Las tareas incluían descarga del pescado (neskatilak); arreglo de redes (sareginak); elaboración de conservas con el pescado que no se vendía en fresco; limpieza y preparación del pescado, y envasado y etiquetado de los productos.
Algunas empresas Conservas Condor y Conservas Azkue, junto con otras como Salanort de Getaria (fundada en 1995) y conservas Nardin de Zumaia, han contribuido significativamente a la industria conservera de la región. En las últimas décadas, el papel de las mujeres en la industria conservera ha evolucionado considerablemente. Actualmente, las mujeres no solo participan en la producción, sino que también ocupan puestos directivos. Por ejemplo, en la empresa Arroyabe, el 50% de los puestos de dirección están ocupados por mujeres.