
Botella
En 1969, se propuso la creación de una sociedad que integrara las tres plantas lecheras de la región, unificando la marca comercial bajo el nombre de Kaiku, que realizó adquisiciones y se expandió fuera de Euskadi.
En el País Vasco y Gipuzkoa, el siglo XX estuvo marcado por una rápida industrialización que afectó el papel de las mujeres en la economía local. Las mujeres participaban activamente tanto en labores agrícolas tradicionales como en nuevas industrias. Las mujeres desempeñaban un papel crucial en el funcionamiento de los caseríos, ocupándose de tareas agrícolas, ganaderas y domésticas; esto incluía el manejo de ganado lechero y la producción de lácteos a pequeña escala. A finales del siglo XIX y principios del XX, muchas mujeres se dedicaban a vender en las ferias locales los productos elaborados en el caserío, incluyendo posiblemente productos lácteos.
Pero las condiciones generales de trabajo para las mujeres en la industria eran precarias. Las mujeres, en general, ocupaban puestos menos cualificados y peor pagados. El trabajo femenino era considerado transitorio y secundario, lo que justificaba salarios más bajos. Hasta la década de 1870, las jornadas laborales podían extenderse hasta 14 o 16 horas diarias. Asimismo, las fábricas eran descritas como “talleres infernales” por los higienistas de la época, con mala ventilación y situaciones insalubres. A principios del siglo XX, se implementaron leyes que restringían ciertos trabajos considerados peligrosos para las mujeres, aunque esto también fue una forma de discriminación más que de protección.